25 junio, 2007

Consejo Escolar

El año educativo 2005 va a ser recordado, entre otras cosas, por la instalación en el sistema educativo de los Consejos Escolares, nueva instancia institucional, compuesta por el director del establecimiento, el representante legal, un profesor elegido por los pares, el presidente del centro de padres y el del centro de alumnos, en el caso de que el establecimiento imparta Enseñanza Media.

Se trata de una especie de comisión, que salvo que el sostenedor decida lo contrario, no tiene poder decisivo sobre la marcha de la vida escolar.

¿De qué va servir, entonces, esta nueva instancia escolar de creación obligada por la Ley de Jornada Escolar Completa?

Aclaran autoridades ministeriales, que es un órgano consultivo, en donde estarán representadas todas las sensibilidades de la institución, y que deberá ser informado de manera sistemática, acerca de temas tales como: los logros en los aprendizajes de los alumnos, los resultados de los concursos para los cargos docentes y no docentes, la marcha del presupuesto anual, creación o cambio del proyecto educativo institucional, la programación anual de la escuela, las actividades extracurriculares, y las modificaciones al reglamento escolar. O sea, es un esfuerzo por hacer más transparentes las decisiones de la dirección sobre aspectos claves para la vida de la comunidad educativa.

Y como para marcar el camino en relación a cuáles son los posibles énfasis para este año, el Ministerio propone que se inicien las conversaciones con dos temas generales que involucran a todos los estamentos representados en el Consejo: la convivencia escolar y el problema del consumo de drogas y alcohol.

Para aquellos que hemos experimentado las mieles y sinsabores de la vida profesional en una escuela, la creación de esta instancia genera sensaciones encontradas. Se nos vendrá a la mente alguna experiencia de sufrimiento escolar en que hubiéramos agradecido la existencia de un organismo al que reclamar, de una forma de hacer saber a la comunidad, sin por ello ser tildados de conflictivos, sobre los ocultos manejos, los injustos procederes, y las consecuencias nefastas del accionar sin contrapesos de, por ejemplo, un director despótico y tincado.

Pero con suficientes y variados años de experiencia profesional en el cuerpo, también recordaríamos a algún bienintencionado y capacitado director de alguna escuela que fue literalmente fagocitado y expulsado por haber quedado en calidad de jamón del amargo sándwich de las, muchas veces, excesivamente politizadas relaciones entre padres, profesores y alumnos, que con la caja de resonancia de un ambiente cerrado, altamente emotivo y complejo como suele ser el de una escuela, suelen transformarse en ruidosas y desgastantes tragedias.

Y es precisamente, la excesiva politización de las relaciones entre padres, docentes y niños uno de los principales riesgos de esta nueva institución escolar.

Los centros de educación formal públicos o privados no son países, son organizaciones, e independientemente de las necesarias consideraciones de transparencia y participación de cada estamento para que la institución sea sana, las escuelas no pueden ser completamente democráticas.

Se necesita mucho conocimiento y experiencia para resolver los múltiples problemas que un colegio genera. Se necesita saber acerca de currículo y pedagogía, por supuesto, pero también entre otras muchas cosas, acerca del comportamiento de los niños de cada edad, y de los adultos, y de éstos en grupo, de nutrición, de generación de valores espirituales, de rituales y ceremonias, de leyes, de salud y de cómo responder a emergencias de todo tipo.

Si además de tomar estas difíciles, y muchas veces riesgosas e impopulares decisiones, basados en sus conocimientos y experiencia, los directivos escolares lo tuvieran que hacer de manera de no herir susceptibilidades, y de no generase problemas políticos con el Consejo Escolar, se correría el riesgo de una gran parálisis.

Por otro lado, los Consejos representan una gran oportunidad para los directivos de recibir de manera sistemática y organizada, una retroalimentación sobre el impacto que sus decisiones tienen en la comunidad escolar, y de generar alianzas con los diferentes estamentos representados para que dichas medidas sean entendidas y apoyadas.

La palabra clave es responsabilidad. Responsabilidad al elegir a los mejores miembros para el Consejo, en generar un ambiente de respeto y consideración, en priorizar el equilibrio y bienestar de la comunidad escolar por sobre intereses personales o de grupo.

Si tomamos esta nueva experiencia adecuadamente, todos se sentirán protegidos e interpretados por el consejo de su escuela. Si no, habrá que ir pensando en calificar a los cargos directivos escolares como de alto riesgo, y formar políticamente a los profesionales de la educación, lo cual sería una grave distorsión en el camino por una mejor educación para el país.

30 mayo, 2007

Ciencia y ciudadanía

Cada tanto, una palabra de origen científico hace titulares de prensa y conmociona a la opinión pública.

Hoy la palabra es ADN, ayer VIH, otro día podrá ser fatiga de los materiales, o estructura de la personalidad, o demencia senil leve.

¿Cómo entiende el ciudadano común estas palabras? Cuando la ciencia se mezcla con la vida cotidiana, ya sea la personal y privada o la pública, generalmente pone en evidencia dos tipos de conductas polares, de suyo complejas y problemáticas, pero cuyo análisis puede arrojar conclusiones interesantes, desde el punto de vista educativo: la mágico religiosa, y la escéptico-demandante.

La reacción mágico religiosa es la que otorga a la ciencia carácter de infalible. Así, independientemente de que las evidencias prácticas y una mínima experiencia vital nos debería incitar a la duda, como sociedad creemos a pie juntillas que: los psicólogos pueden definir la salud o enfermedad mental de una persona, los gobernantes pueden predecir y prediseñar las relaciones económicas de 15 millones de personas hasta el segundo decimal, los servicios públicos o privados realizan diagnósticos y dan soluciones libres de fallas, los técnicos y científicos del país están al tanto de lo último en la materia y todos los sistemas funcionan.

Esta mirada es incentivada, en general, por las autoridades y líderes con alguna responsabilidad sobre algún sistema o empresa del país y sus promesas, declaraciones o argumentos de venta.

La reacción escéptico-demandante, por otro lado, es la que hace que ante el menor o mayor problema ocasionado por un procedimiento científico o técnico defectuoso, de impacto público, se rasguen vestiduras, se exijan cabezas o chivos expiatorios, se declare la santa indignación o desolación, o derechamente se exprese la rabia que es fogoneada por periodistas o políticos de oposición de turno.

El ciudadano trata de hacer su vida en paz pero escucha estas declaraciones de tanto en tanto, y como no dispone de un background científico mínimo, como no aprendió de verdad en la escuela o liceo que la ciencia y la técnica son un instrumento humano más, y como tal, falible… como nunca se enteró de que hasta los más sofisticados científicos de los mejor financiados laboratorios del primer mundo, sólo se atreven a decir, en los papers acerca del fenómeno que estudian, algo así como “todo parece indicar que”, sin hacer dogma de नादा... el ciudadano cree promesas, compra los argumentos de venta, confía en las declaraciones científicas y después se indigna, se pone escéptico y pide cabezas, que al rodar, le permitan personalizar los problemas y atribuirlos a una o dos personas, que extirpadas del proceso, le devuelvan la tranquilidad de su actitud mágico religiosa.

En el colmo de esta actitud, podemos mencionar la percepción por parte del ciudadano común, fomentada por las autoridades, de que la salud es un derecho y no una condición generada por condiciones heredadas y/o decisiones irresponsables de una forma de vida sin prevención o auto-cuidado. Auge más o menos.

Somos de la idea de que para que la ciudadanía no siga comprando buzones, o exigiendo lo imposible, la educación debe cambiar. Simce más o menos, en la dirección de una mejor formación científica, aplicada, conceptual, relacionada con la vida, experimental, cuasi cultural.

La esperanza es que nuestros nietos, mejor formados científicamente conozcan mejor sus derechos, pero primero cumplan con sus obligaciones. Pero sobre todo, tengan formado un cierto sentido común científico, un cierto respeto por el poder de la naturaleza, y por las verdaderas posibilidades, pero también los límites de la ciencia. Que no permitan que en el futuro, una tanatóloga les diga en un reportaje “tenemos el 100% de certeza de la identidad de tal persona”, o una psicóloga declare “tenemos el 100% de certeza de que esta persona es creíble”, y ellos lo crean a fardo cerrado. Porque eso es más cómodo para la mayoría, en ese particular momento.

¿Usted que piensa?

Políticas públicas en educación sexual

A la hora de abordar el diseño y la aplicación de políticas públicas en lo referente al tema de la educación sexual, existen al menos dos enfoques importantes। Aquel que se ocupa de resolver problemas acuciantes y urgentes, tales como la proliferación de enfermedades de transmisión sexual, el embarazo precoz y la violencia sexual. Y el que apunta a generar habilidades personales que contribuyan a lograr una vida más plena y armónica, en lo referente a la sexualidad.

Un enfoque educativo que pretenda contribuir a frenar la incidencia de enfermedades, de embarazos no deseados y de violencia sexual deberá atacar las conductas tanto como sus causas. Y las causas de los problemas sexuales que aquejan a nuestra sociedad, son de gran complejidad. El pobre capital cultural y dialogo acerca del tema sexual de las familias de origen o la ausencia de las mismas; los estímulos contradictorios en la sociedad respecto al tema; la falta de oportunidades vitales que empujan a usar el sexo como herramienta de supervivencia; y la indefensión de las potenciales víctimas -para nombrar algunas de las causas- dan cuenta de la multitud de elementos a tener en cuenta a la hora de diseñar políticas con medianas posibilidades de éxito.

No menos complejo es el tema de planificar experiencias de aprendizaje que doten a nuestros jóvenes de capacidades y actitudes apropiadas para el desarrollo de una vida sexual plena.

Sin entrar en el escabroso tema de lo valórico y/o religioso, dejando de lado el tema de la reproducción y asumiendo la posición de que lo que se busca es formar para una sexualidad plena en la búsqueda del placer y la realización y consolidación de la vida afectiva. Las causas que hay atacar son más individuales, pero no por eso, menos complejas.

Habrá que:

- Aprender a conocer el propio cuerpo: no hablamos de anatomía general solamente sino del conocimiento del universo de lo que nos gusta y/o disgusta a cada uno.

- Explorar el universo de conocimientos, imágenes, prejuicios, miedos, fantasmas, deseos legítimos e ilegítimos, opciones y límites asociados a una vida sexual sana.

- Entender la relación entre sexualidad y el afecto. Conocer los ritmos, los tiempos y las modalidades del apego sexual.

- Analizar las ventajas y desventajas de la fidelidad.

- Aprender la importancia de la novedad, la creatividad pero también del conocimiento del otro en la realización y perdurabilidad de un vinculo afectivo-sexual .

- Entender el valor y la necesidad del respeto a la dignidad del cuerpo propio y ajeno.

- Conocer los mecanismos de la excitación sexual.

- Hacer conciencia acerca de los efectos de la abstinencia.

- Comprender el significado de la palabra intimidad.

Entre muchas otras cosas que harían que esta lista excediese los alcances de este comentario.

Y finalmente, y quizás, a la luz de lo que ocurre en nuestra sociedad, en los vínculos de pareja y hasta en la forma en que lo sexual es usado como recurso incitador en las estrategias publicitarias, habrá que aprender acerca de los impulsos sexuales, y sus capacidades constructivas y destructivas de lo que es importante y hasta sagrado tanto a nivel individual como social.

La comisión formada por el Ministerio de Educación para orientar el diseño y la puesta en aplicación de políticas públicas en el área de la educación sexual ya ha emitido su informe, el Ministerio lo ha recogido y ha creado una dependencia que se encargará de llevar a cabo sus recomendaciones.

A la luz de lo expresado en esta columna, habrá que monitorear el progreso del tema de la educación sexual en nuestra sociedad, esperando que las escuelas se hagan cargo de su parte pero sin olvidar que la palabra final, a través de conversaciones, apoyo pero sobre todo ejemplo, la tiene la propia familia.

¿No le parece?

26 mayo, 2007

Evaluación docente, la pequeña historia.


Esta en marcha el proceso mediante el cual la calidad de los docentes de la educación municipalizada está siendo evaluada.
El sistema de evaluación se lleva a cabo mediante la aplicación de cuatro instrumentos: el Portafolio de Evidencias Estructuradas, que contiene productos escritos y la filmación de clases; la Pauta de Auto-evaluación; una entrevista al Docente Evaluado; y el Informe de Referencia de Terceros, realizado por el director del establecimiento y por el jefe de la Unidad Técnico Pedagógica.

La comisión que evaluará estas evidencias está compuesta por profesores de la misma comuna y el Director de la Corporación de Educación Municipal o del DEM respectivo. Las funciones de este comité son: tomar conocimiento y aprobar los reportes de resultados, considerar la información del contexto del docente evaluado y pronunciarse respecto de su nivel de desempeño final.

Como toda evaluación, la presente se hace con respecto a un set de standards conocidos por evaluadores y evaluados, y en este caso esos standards están disponibles en la publicación “Marco de la buena enseñanza”, un documento elaborado y distribuido con bastante antelación por el Ministerio de Educación, que sintetiza lo que un buen profesor debe hacer antes, durante y después del proceso de aprendizaje. La gran mayoría de los docentes ha aceptado el proceso, y a partir de los resultados de este año, se verá con más fuerza la parte formativa del mismo, esto es, la posibilidad de los docentes de conocer el resultado de la evaluación y de capacitarse para mejorar sus puntos débiles.

Del análisis del proceso surgen puntos débiles y fuertes del sistema.
Los débiles:
- Se evalúa y se filma sólo una clase y la planificación de una unidad. Hay que aclarar que además de el hecho de ser sólo una, se da mucho tiempo para prepararla y eso no es lo suficientemente representativo de la practica real.
- Los pares o las autoridades que evalúan pueden hacer valer -en su evaluación- criterios excesivamente personales y hasta pueden reflejar, a través de los resultados, controversias personales pre-existentes, no difíciles de encontrar en el complejo ambiente de las escuelas públicas.
- No se considera, en la evaluación, ninguna variable que tenga que ver con los resultados de los aprendizajes logrados por los alumnos del profesor evaluado en el tiempo.
Pueden destacarse como puntos fuertes del proceso:

- Que pone en marcha la cultura de la evaluación docente, obliga a estar al día en al menos un tema de la reforma educativa a fondo, insta al docente a realizar una auto-observación y auto descripción de su practica, abre el salón de clases a la observación externa, considera la opinión y la información del contexto (colegas y autoridades) y da oportunidades de superación.

Como se ve, el actual proceso de evaluación docente es un primer paso hacia la instauración de una cultura de evaluación profesional en la educación pública.
Dados los costos políticos enfrentados por el Ministerio de Educación en su implantación y los obstáculos de todo tipo que hubo que superar, creemos que este primer paso es elogiable. Ojalá haya continuidad en el esfuerzo, y sobre todo, ojalá se crucen los resultados arrojados por la evaluación del desempeño con la calidad de los aprendizajes de los alumnos de los profesores evaluados. De lo contrario, será muy difícil saber si el sistema esta logrando lo que todos persiguen, esto es, mejorar la calidad de la educación.
¿No cree usted?

Isla de Pascua, comentarios educativos de una visita


Todo comienza con la extraña y fascinante sensación de habitar el Pacífico, a bordo del distante y solitario ombligo del mundo. Y sigue con las múltiples preguntas que genera su realidad social: ¿Cómo pudieron llegar sus antiguos habitantes hasta allí?, ¿Cómo pudo florecer una cultura, dejar testimonio de su existencia y grandiosidad y casi extinguirse por disputas internas, desafíos ambientales y la presión del mundo exterior? Pero más acuciante y actual aún ¿Cómo preservar y hacer crecer la cultura originaria de la isla?

La amplitud y complejidad de semejantes preguntas escapan a los alcances de un comentario educativo, y sin embargo, quizás si tratamos de reenfocarlas desde el punto de vista de lo que la educación puede mirar, probablemente podamos pensar constructivamente acerca del tema, aunque sea parcialmente.
Antes, recordemos algunos datos útiles.
La sociedad Rapa Nui estuvo al borde de la extinción, a tal extremo que, en un momento de su historia, sólo quedaban 100 habitantes de ese origen en toda la isla. Sin embargo, la cultura sobrevivió. Hoy, una importante parte de la población de la isla tiene componentes étnicos de origen Rapanui, ya sea puros o mezclados con otras etnias, la isla es patrimonio de la humanidad, la etnia es una de las reconocidas como originaria de Chile, y los terrenos están siendo lenta y trabajosamente restituidos a quienes se reconoce como sus propietarios originales.

Por otro lado el consejo de ancianos, la máxima expresión de autoridad tradicional es respetada y consultada por las organizaciones sociales y políticas de la isla.

Contrastando con esta realidad de permanencia cultural, existen al menos dos situaciones que erosionan la vitalidad y la preservación de la cultura Rapa Nui.
Por un lado, la falta de conocimiento y el consecuente uso de la lengua Rapa Nui, por parte de muchos jóvenes y niños originarios de la isla, y por el otro, la creciente rebeldía ante la autoridad de los mayores. por parte de los mismos jóvenes y niños.

Entendiendo el conocimiento, pero sobre todo el uso creativo de la lengua como esencial para la supervivencia cultural, y para tratar de resolver el problema, la CONADI junto con las autoridades municipales desarrollan un programa de inmersión en Lengua Rapa Nui de los niños cuyos padres así lo deseen, que implica cursar jardín infantil y los primeros años de básica enteramente en lengua Rapa Nui.

El programa está en curso y fue muy bien acogido por una importante cantidad de los apoderados de la escuela básica municipal de la isla.

Esta apasionante experiencia genera grandes expectativas, pero también interrogantes. ¿Cómo adaptar el Rapa Nui, una lengua antigua, a los procesos modernos? ¿Qué lugar tendrá el castellano en la isla? ¿Que relación habrá entre ambos? ¿Bastará con hablar la lengua Rapa Nui para conservar -pero más importante aún- hacer crecer la cultura? El pueblo Rapa Nui no esta solo en esta problemática. En Chile la comparten al menos dos grandes pueblos originarios, los Mapuche y los Aymara. Y en el mundo, el multiculturalismo es un tema de la mayor importancia.

El aislamiento y el tamaño de la etnia Rapa Nui, sin embargo, hacen de esta experiencia un caso único, que requiere soluciones imaginativas pero sobre todo de una gran comprensión por parte de las autoridades continentales, expresada en términos de apoyo formal y recursos.

El caso de la creciente rebeldía de los niños y jóvenes ante los mayores, situación vista con mucha preocupación por los adultos de la isla, es aún más difícil de abordar.

En la sociedad Rapa Nui, como en muchas otras culturas originarias, la veneración a la sabiduría de los mayores es piedra angular del orden social. El consejo de ancianos de la Isla es mucho más que una formalidad o una señal de respeto. Es la representación de los clanes que componen la sociedad, y el día de hoy es impensable que una autoridad política deje de consultar su opinión para asuntos que conciernen al bienestar general.

Sin embargo, quizás por la influencia del mundo exterior, cada vez más penetrante a través de los medios de comunicación disponibles, quizás por las limitantes que la situación de la isla impone para pensar un proyecto de vida y profesional en ella, quizás porque los modelos tradicionales de convivencia no sean tan atractivos, quizás por el fenómeno de rebelión juvenil de las sociedades modernas, los jóvenes de la isla no parecen ser tan respetuosos de ese orden.

Y los dos problemas mencionados, son sólo algunos aspectos de las complejas fuerzas que ponen en tensión a la sociedad Rapa Nui.

Por un lado una vuelta al lenguaje y la cultura original, por el otro una presión por mirar hacia al mundo.

¿Qué puede hacerse? ¿Cerrar el acceso de Contis a la isla, como piden algunos? ¿Evitar el desembarco de la modernidad por decreto, como piden otros?, ¿Abrir la isla al mundo y dejar que las cosas pasen, cueste lo que cueste?
¿Usted que piensa?