30 mayo, 2007

Políticas públicas en educación sexual

A la hora de abordar el diseño y la aplicación de políticas públicas en lo referente al tema de la educación sexual, existen al menos dos enfoques importantes। Aquel que se ocupa de resolver problemas acuciantes y urgentes, tales como la proliferación de enfermedades de transmisión sexual, el embarazo precoz y la violencia sexual. Y el que apunta a generar habilidades personales que contribuyan a lograr una vida más plena y armónica, en lo referente a la sexualidad.

Un enfoque educativo que pretenda contribuir a frenar la incidencia de enfermedades, de embarazos no deseados y de violencia sexual deberá atacar las conductas tanto como sus causas. Y las causas de los problemas sexuales que aquejan a nuestra sociedad, son de gran complejidad. El pobre capital cultural y dialogo acerca del tema sexual de las familias de origen o la ausencia de las mismas; los estímulos contradictorios en la sociedad respecto al tema; la falta de oportunidades vitales que empujan a usar el sexo como herramienta de supervivencia; y la indefensión de las potenciales víctimas -para nombrar algunas de las causas- dan cuenta de la multitud de elementos a tener en cuenta a la hora de diseñar políticas con medianas posibilidades de éxito.

No menos complejo es el tema de planificar experiencias de aprendizaje que doten a nuestros jóvenes de capacidades y actitudes apropiadas para el desarrollo de una vida sexual plena.

Sin entrar en el escabroso tema de lo valórico y/o religioso, dejando de lado el tema de la reproducción y asumiendo la posición de que lo que se busca es formar para una sexualidad plena en la búsqueda del placer y la realización y consolidación de la vida afectiva. Las causas que hay atacar son más individuales, pero no por eso, menos complejas.

Habrá que:

- Aprender a conocer el propio cuerpo: no hablamos de anatomía general solamente sino del conocimiento del universo de lo que nos gusta y/o disgusta a cada uno.

- Explorar el universo de conocimientos, imágenes, prejuicios, miedos, fantasmas, deseos legítimos e ilegítimos, opciones y límites asociados a una vida sexual sana.

- Entender la relación entre sexualidad y el afecto. Conocer los ritmos, los tiempos y las modalidades del apego sexual.

- Analizar las ventajas y desventajas de la fidelidad.

- Aprender la importancia de la novedad, la creatividad pero también del conocimiento del otro en la realización y perdurabilidad de un vinculo afectivo-sexual .

- Entender el valor y la necesidad del respeto a la dignidad del cuerpo propio y ajeno.

- Conocer los mecanismos de la excitación sexual.

- Hacer conciencia acerca de los efectos de la abstinencia.

- Comprender el significado de la palabra intimidad.

Entre muchas otras cosas que harían que esta lista excediese los alcances de este comentario.

Y finalmente, y quizás, a la luz de lo que ocurre en nuestra sociedad, en los vínculos de pareja y hasta en la forma en que lo sexual es usado como recurso incitador en las estrategias publicitarias, habrá que aprender acerca de los impulsos sexuales, y sus capacidades constructivas y destructivas de lo que es importante y hasta sagrado tanto a nivel individual como social.

La comisión formada por el Ministerio de Educación para orientar el diseño y la puesta en aplicación de políticas públicas en el área de la educación sexual ya ha emitido su informe, el Ministerio lo ha recogido y ha creado una dependencia que se encargará de llevar a cabo sus recomendaciones.

A la luz de lo expresado en esta columna, habrá que monitorear el progreso del tema de la educación sexual en nuestra sociedad, esperando que las escuelas se hagan cargo de su parte pero sin olvidar que la palabra final, a través de conversaciones, apoyo pero sobre todo ejemplo, la tiene la propia familia.

¿No le parece?

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