26 mayo, 2007

Isla de Pascua, comentarios educativos de una visita


Todo comienza con la extraña y fascinante sensación de habitar el Pacífico, a bordo del distante y solitario ombligo del mundo. Y sigue con las múltiples preguntas que genera su realidad social: ¿Cómo pudieron llegar sus antiguos habitantes hasta allí?, ¿Cómo pudo florecer una cultura, dejar testimonio de su existencia y grandiosidad y casi extinguirse por disputas internas, desafíos ambientales y la presión del mundo exterior? Pero más acuciante y actual aún ¿Cómo preservar y hacer crecer la cultura originaria de la isla?

La amplitud y complejidad de semejantes preguntas escapan a los alcances de un comentario educativo, y sin embargo, quizás si tratamos de reenfocarlas desde el punto de vista de lo que la educación puede mirar, probablemente podamos pensar constructivamente acerca del tema, aunque sea parcialmente.
Antes, recordemos algunos datos útiles.
La sociedad Rapa Nui estuvo al borde de la extinción, a tal extremo que, en un momento de su historia, sólo quedaban 100 habitantes de ese origen en toda la isla. Sin embargo, la cultura sobrevivió. Hoy, una importante parte de la población de la isla tiene componentes étnicos de origen Rapanui, ya sea puros o mezclados con otras etnias, la isla es patrimonio de la humanidad, la etnia es una de las reconocidas como originaria de Chile, y los terrenos están siendo lenta y trabajosamente restituidos a quienes se reconoce como sus propietarios originales.

Por otro lado el consejo de ancianos, la máxima expresión de autoridad tradicional es respetada y consultada por las organizaciones sociales y políticas de la isla.

Contrastando con esta realidad de permanencia cultural, existen al menos dos situaciones que erosionan la vitalidad y la preservación de la cultura Rapa Nui.
Por un lado, la falta de conocimiento y el consecuente uso de la lengua Rapa Nui, por parte de muchos jóvenes y niños originarios de la isla, y por el otro, la creciente rebeldía ante la autoridad de los mayores. por parte de los mismos jóvenes y niños.

Entendiendo el conocimiento, pero sobre todo el uso creativo de la lengua como esencial para la supervivencia cultural, y para tratar de resolver el problema, la CONADI junto con las autoridades municipales desarrollan un programa de inmersión en Lengua Rapa Nui de los niños cuyos padres así lo deseen, que implica cursar jardín infantil y los primeros años de básica enteramente en lengua Rapa Nui.

El programa está en curso y fue muy bien acogido por una importante cantidad de los apoderados de la escuela básica municipal de la isla.

Esta apasionante experiencia genera grandes expectativas, pero también interrogantes. ¿Cómo adaptar el Rapa Nui, una lengua antigua, a los procesos modernos? ¿Qué lugar tendrá el castellano en la isla? ¿Que relación habrá entre ambos? ¿Bastará con hablar la lengua Rapa Nui para conservar -pero más importante aún- hacer crecer la cultura? El pueblo Rapa Nui no esta solo en esta problemática. En Chile la comparten al menos dos grandes pueblos originarios, los Mapuche y los Aymara. Y en el mundo, el multiculturalismo es un tema de la mayor importancia.

El aislamiento y el tamaño de la etnia Rapa Nui, sin embargo, hacen de esta experiencia un caso único, que requiere soluciones imaginativas pero sobre todo de una gran comprensión por parte de las autoridades continentales, expresada en términos de apoyo formal y recursos.

El caso de la creciente rebeldía de los niños y jóvenes ante los mayores, situación vista con mucha preocupación por los adultos de la isla, es aún más difícil de abordar.

En la sociedad Rapa Nui, como en muchas otras culturas originarias, la veneración a la sabiduría de los mayores es piedra angular del orden social. El consejo de ancianos de la Isla es mucho más que una formalidad o una señal de respeto. Es la representación de los clanes que componen la sociedad, y el día de hoy es impensable que una autoridad política deje de consultar su opinión para asuntos que conciernen al bienestar general.

Sin embargo, quizás por la influencia del mundo exterior, cada vez más penetrante a través de los medios de comunicación disponibles, quizás por las limitantes que la situación de la isla impone para pensar un proyecto de vida y profesional en ella, quizás porque los modelos tradicionales de convivencia no sean tan atractivos, quizás por el fenómeno de rebelión juvenil de las sociedades modernas, los jóvenes de la isla no parecen ser tan respetuosos de ese orden.

Y los dos problemas mencionados, son sólo algunos aspectos de las complejas fuerzas que ponen en tensión a la sociedad Rapa Nui.

Por un lado una vuelta al lenguaje y la cultura original, por el otro una presión por mirar hacia al mundo.

¿Qué puede hacerse? ¿Cerrar el acceso de Contis a la isla, como piden algunos? ¿Evitar el desembarco de la modernidad por decreto, como piden otros?, ¿Abrir la isla al mundo y dejar que las cosas pasen, cueste lo que cueste?
¿Usted que piensa?

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